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sábado, 23 de abril de 2016

Replanteamiento de la responsabilidad social y política a través de un nuevo modelo de justicia

Iris Marion Young
  
   Iris Marion Young (1.949 - 2.006) fue una autora que según Martínez-Bascuñán (2.013) mantuvo una actitud crítica. Es importante tener presente este aspecto, puesto que fue un rasgo singular que se podría decir, mantuvo y afinó con el pasar de los años; tal como lo menciona Martínez-Bascuñán (2.013) que sostiene que Young mostró una evolución a través de sus obras, las cuales con el tiempo adquirieron más rasgos concretos y homogéneos, a diferencia de sus inicios. En este sentido es válido, y al mismo tiempo necesario, traer a colación lo que podría denominarse como el objetivo de la obra de Young, el cual Martínez-Bascuñán (2.013) plantea como “la necesidad de realizar cambios estructurales a largo plazo, al mismo tiempo que expone ciertas directrices para <<la reforma>> inmediata de algunas instituciones internacionales como la ONU.” (Pág. 17).

   Esto quizás porque, en su gran mayoría, las  instituciones se encuentran ancladas a viejos paradigmas y al mismo tiempo forman parte activa o complaciente de ciertos sectores, los cuales se desentienden a la hora de buscar responsables directos, haciendo difícil la tarea de demostrar su complicidad en la opresión e injusticia que se comete en contra de ciertos sectores de la sociedad, tanto a escala nacional como mundial. Discriminación que no solo responde a factores sociales, culturales y lingüísticos, sino en gran medida a aspectos políticos, en beneficio de minúsculos grupos que paradójicamente se escudan con la complicidad de la masa, encubriendo así aspectos que fortalecen y legitiman el aminoramiento y marginalidad que se realiza en contra de “grupos sociales formados por negros, latinos, homosexuales, mujeres o discapacitados, a los que se relaciona y se identifica con esas experiencias corporales, afectivas o sexuales y a los que se les confina a la esfera de lo privado.” (Martínez-Bascuñán 2.013; Pág. 18).


   Teniendo en cuenta estos enfoques reinantes en la sociedad actual, es algo difuso e ingenuo imaginar lo que pudiera ser una sociedad donde se favorezca, ante todo interés personalista, un verdadero desarrollo humano completo e integral, que permita en primera instancia plantear lo que pudiera ser una interculturalidad, puesto que es notorio las marcadas divisiones que existen; lo cual no permite avanzar en conjunto como grupo
Conexión social
humano; esto producto de nuestro individualismo, lo que deriva en “
hacerse como que no pasa nada, siempre y cuando no sea conmigo”, cosa que define la profesora Kozak (2.014). “Quizás nuestro problema cultural tenga que ver con que somos millones de espacios privados que no hemos logrado todavía un buen ensamblaje en el espacio público. Aspecto que podría mirarse de forma global, puesto que no es un hecho que sucede únicamente en nuestro país (Venezuela), sino que tiene diversos matices, puesto que las mayorías viven luchando por el bien personal y mientras no les afecte de manera directa el problema del otro, que todo siga funcionando igual, total, la adaptación y aceptación es lo que da estabilidad al sistema social, tal como lo llegó a mencionar Robert King Merton.

   Volviendo a Young, ésta describe la forma como se imparte la justicia, es decir, de manera redistributiva, modelo que es poco más que insuficiente, por no decir obsoleto, porque se basa fundamentalmente en equilibrar los problemas de índole material; dejando muchas veces sin respuesta la responsabilidad que tienen ciertos actores, en este sentido, propone enfocarse en la dominación y opresión que son dos procesos que impiden el autodesarrollo y autodeterminación. En este sentido, Campillo (2.013) cita lo descrito por Young, los dos grandes aspectos a los cuales deberían enfocarse la justicia a la hora de impartir equitativamente una decisión:

“La opresión consiste en procesos institucionales sistemáticos que impiden a alguna gente aprender a usar habilidades satisfactorias y expansivas en medios socialmente reconocidos […] la dominación consiste en la presencia de condiciones institucionales que impiden a la gente participar en la determinación de sus acciones o de las condiciones de sus acciones.” (Pág. 46)

   Cabe recordar que estos procesos se pueden desarrollar de manera encubierta, esto por gozar de cierta legitimidad que solapan la explotación, marginación, carencia de poder, imperialismo cultural y violencia. Cinco aspectos descritos por Young en “las cinco caras de la opresión”, proponiendo dos modelos de responsabilidad, uno político y el otro de conexión social; los cuales contribuirían a paliar la opresión de la cual todos formamos parte, bien sea como opresores u oprimidos.

   Campillo (2.013) sostiene que la  “…responsabilidad política por injusticias estructurales consistirá en eliminar el aislamiento, es decir, no aislar, al contrario de lo que ocurre cuando se atribuye a alguien, o a un colectivo, la culpa o la inculpación.” (Pág. 51). Esto manifiesta la necesidad de integración que existe, en todos los procesos sociales, no solo los económicos, sino socioculturales, puesto que es muy fácil desmarcarse de la responsabilidad que nos corresponde, por ende se proyecta rápidamente hacia el otro, hacia el que está mal, olvidando que formamos parte de un gran conjunto, que producto de la globalidad e interconexión mundial nuestras acciones pueden contribuir de forma negativa o positiva, según nuestra forma de actuar.

   Por otra parte nos encontramos con la responsabilidad de conexión social, la cual es descrita por Campillo (2.013) de la siguiente manera: “…la responsabilidad basada en el modelo de conexión social no se limita a enjuiciar los daños que han supuesto una desviación de esa normalidad, sino que pone en tela de juicio la misma normalidad de esas condiciones de fondo.” (Pág. 51). Esto planteado desde un punto de vista sociológico, nos remite a esa búsqueda constante de las fallas que se puedan estar generando o gestando en el sistema social, es decir, buscar las anomias y el posible incumplimiento de las normas ya establecidas. Cabe destacar, que no basta con conseguir la falla, sino hacer el esfuerzo de que se revierta, claro, para esto se ven involucrados un conjunto de instituciones y organismos que ameritan estar en un buen y solvente desenvolvimiento, es decir, que tengan una capacidad de respuesta aceptable; de lo contrario, la inclusión se verá cada vez más inalcanzable, esto obviamente influido por la apatía y desánimo reinante.

   Es deber tener presente que la impartición de justicia no es una cuestión dicotómica, entre buenos y malos; ganadores y perdedores; sino una forma racional de solucionar las diversas problemáticas que nos afectan, y en especial oprimen a algunos, es por esto la imperante necesidad de que exista una cohesión social fuerte y sólida, que haga frente a las injusticias en pro de solucionar el modo en cómo se ha venido ejerciendo el poder. ¿Es posible un cambio hacia un modelo de integración en dónde pensemos en el bienestar colectivo? ¿Integración, una de esa inalcanzables utopías? 




REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS




   Campillo, N. (2.013). El significado de la crítica y de la responsabilidad política en Iris Marion Young. Revista: Enrahonar. Quaderns de Filosofía N° 51. ISSN 0211-402X.


   Kozak, G. (2.014). Ni tan chéveres ni tan iguales.  Editorial: PUNTO CERO (ALFADIL). ISBN: 9789807312332. Caracas – Venezuela.


   Martínez-Bascuñán, M. (2.013). Iris Marion Young y la aproximación feminista de lo político. Un recorrido por su trayectoria. Enrahonar. Quaderns de Fiolosofía N° 51. ISSN 0211-402X




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