Foto: tomada de
elcooperante.com
Isabella Rodríguez es la nueva Miss
Venezuela 2018, quien ha roto, como ya han afirmado varios medios de comunicación,
con el estereotipo de belleza al cual los venezolanos estaban acostumbrados. Pero, ¿qué es
lo que sucede? ¿cuál es el alboroto con esto? Bueno, pareciera ser que la
mayoría de los venezolanos, tienen una especie de fijación por el modelo
europeo. Sí, aún en pleno Siglo XXI, con ideas como las de mejorar la raza,
pero que, por la mojigatería, la hipocresía y la pantalla que les caracteriza,
no se atreven a reconocer abiertamente. Y es que, nuestros modelos a seguir han estado anclados históricamente a factores externos, los cuales en gran medida
han influido en el menguado desarrollo que distingue al país en muchos ámbitos.
Aunado al ya mencionado
aspecto etnocentrista, se puede señalar que la elección es bastante congruente
con la transformación que afronta el país caribeño desde hace un par de años. Y
es que Venezuela ha cambiado, ¿para bien o para mal? ¿bueno o malo? Ha
cambiado. Las personas han tenido que modificar su sistema de vida, la
adquisición e ingesta de alimentos, sus creencias y hasta sus valores. Claro,
la aceptación de los cambios no se da de un día para el otro, en eso hay que
estar claro; sin embargo, el rechazo también puede estar influido por la
discriminación de la pobreza, por la resistencia a eso que no es aceptado por la
sociedad, por los cinturones que rodean a la ciudad, los cerros.
Foto: tomada de @tronodereinas (ig)
“De
petare para el mundo”
En la mente de los
asistentes y de los telespectadores no era posible que ella, siendo una persona
de color y proveniente de un cerro, pudiera hacerse de la corona; la cual
pareciera estar destinada para las damiselas piel de leche descendientes de
inmigrantes europeos. Con esto no busco parcialidad alguna, ni evocar un
sentimiento nacionalista, o discriminar al modelo de belleza imperante, no; lo
que hago, o por lo menos eso espero, es hacer ver que quizás el rechazo hacia
Isabella viene dado por un conjunto de factores y condiciones externas a ella, las cuales le son impuestas por la sociedad, hechos que son asumidos por la mayoría como: naturales, y por ende, algo que ella no debería romper, siendo realmente un conjunto de condiciones que limitan y oprimen a un impresionante número
de personas.
Lo impresionante es que la
mayoría quiere seguir insistiendo en negar e invisibilizar la existencia de un
sector de la población, y no es mi intención politizar el tema, pero creo que
es pertinente la comparación, partiendo de la siguiente frase: “el pueblo que no conoce su historia está
condenado a repetirla.”, con esto lo que quiero visibilizar es que si no
terminamos de ser inclusivos, igualitarios y justos, vendrá alguien que, como
dicen por allí, le volverá a calentar la oreja a la masa, y ¿saben qué?
Ejercerá el poder con el “apoyo” del pueblo. La distribución del poder, es
fundamental; pensemos en cuotas igualitarias, un aspecto que quizás podría
ayudar a tener ese país que tanto decimos querer.